
Miniatura Kangra del S. XVIII en la que los anti-dioses tiran de las cabezas de la serpiente Vasuki y los dioses de la cola. «El batir del Océano»
Los dioses, se reunieron en el monte Meru, para reflexionar sobre cómo obtener el amrita (inmortalidad).
Visnu propuso: Los Devas deben batir el «balde» del Océano. Al hacerlo, saldrá el elixir, junto con todas las joyas y hierbas.
Fueron al monte Mandara, lo arrancaron y lo colocaron a lomos de una tortuga.


Vasuki se ofreció como cuerda y así, empezaron a batir el océano. Los Asuras y los Danavas tomaron un extremo de Vasuki y los Devas el otro. Dieron vueltas y vueltas al monte Mandara, tantas que los árboles salieron despedidos y prendieron fuego. Indra (El de los mil ojos), apagó las llamas con el agua de sus nubes. La sabia de todas las plantas corrió hasta el océano, y fué tanta, que lo convirtió en leche y después en mantequilla.

Casi exhaustos, los dioses siguieron batiendo e hicieron surgir el Sol, la Luna, la Diosa de la Fortuna y el divino médico Dhanvantari con el elixir de la inmortalidad.
Vishnu (El de los grandes pasos), convenció a los Asuras de que le regalasen todo el elixir a los Devas, pero Rahu se apoderó de una gota… aunque antes de que la tragara, Vishnu lo decapitó.
Enfurecidos, los Asuras entablaron grandes luchas, pero fueron derrotados y al final los dioses, victoriosos, volvieron a colocar el monte Mandara, en su lugar.
Desde entonces, Rahu y la Luna mantienen una eterna lucha, lo que explica la aparición y desaparición periódicas de nuestro satélite por el cuello cortado de Rahu.


