Henri Bergson o el tiempo de la intuición.

Métropolitain Station Place d'Italie - Les nouvelles boîtes aux lettres et Bd de la Gare.
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Henri-Louis Bergson

(París, 18 de octubre de 1859Auteuil, 4 de enero de 1941), Nobel de Literatura en 1927.

«La ciencia y la filosofía, que están pensadas desde lo espacial, no han conocido apenas la intuición. Han operado siempre con las categorías del pensamiento conceptual, que no sirve para aprehender la vida y el tiempo real. Por eso, el hombre encuentra una gran dificultad para pensar estas realidades; le faltan los instrumentos adecuados y más aún, el hábito de servirse de ellos».


«La función del cerebro, el sistema nervioso y los órganos sensoriales es principalmente eliminativa, no productiva. Cada persona, en cada momento, es capaz de recordar cuanto le ha sucedido y de percibir cuanto está sucediendo en cualquier parte del universo. La función del cerebro y del sistema nervioso es protegernos, impedir que quedemos abrumados y confundidos por esta masa de conocimientos en gran parte inútiles y sin importancia, dejando fuera la mayor parte de lo que de otro modo percibiríamos o recordaríamos en cualquier momento y admitiendo únicamente la muy reducida selección que tiene probabilidades de sernos prácticamente útil

«Piensa como un hombre de acción, actúa como un hombre que piensa».
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El padre de Bergson, Michaël, nacido en Varsovia, fue un célebre pianista y compositor. La madre, Katherine, provenía de Yorkshire, Gran Bretaña, y siempre habló a sus siete hijos en inglés. Ambos eran judíos y educaron a la familia en esa tradición. En 1864, la familia se estableció en Ginebra (allí nació su hija Mina, conocida por su matrimonio con el ocultista inglés Samuel Liddell MacGregor Mathers , uno de los fundadores de la organización «Orden Hermética de la Golden Dawn« ).
El trabajo como concertista del padre, hizo que dos años más tarde la familia volviera a París y poco después a Londres , pero dejaron a Henri en París, para no perjudicarlo en los estudios, en los que destacaba desde muy joven.
París, en la época juvenil de Bergson, era el centro del mundo. Una ciudad «a la última» en invenciones técnicas, de enorme efervescencia cultural. El abanico parisino se abría desde los grandes circos a las enormes galerías y tiendas de lujo. Artistas como Sarah Bernhardt o Yvette Guilbert, creadores de la talla de Stewart, Cézanne, Monet, Renoir, Pissarro, Gérôme, Bouguereau, Gervex, Maillol , Maurice Denis, Rodin…
Exposición de París, 1900. Torre Eiffel (Brooklyn Museum Archives. Goodyear Archival Collection)
Exposición de París, 1900. Torre Eiffel (Brooklyn Museum Archives. Goodyear Archival Collection)

Bergson se educó en el Liceo Condorcet y la École Normale Supérieure, donde estudió filosofía. Después de una carrera docente como maestro en varias escuelas secundarias, fue designado para la École Normale Supérieure en 1898 y, desde 1900 hasta 1921, ostentó la cátedra de filosofía en el Collège de France.

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En 1914 fue elegido para la Academia Francesa; de 1921 a 1926 fue presidente de la Comisión de Cooperación intelectual de la Sociedad de Naciones. Poco antes de su muerte en 1941, Bergson expresó de varias maneras su oposición al régimen de Vichy ( de ideología fascista y antisemita), él mismo se presentó ante las autoridades, como judío que era, aunque dada su popularidad y mal estado de salud no lo habían molestado, “quise permanecer entre aquellos que mañana serán perseguidos”. Es conocida su simpatía por la religión católica, a la que nunca se unió formalmente, por un sentimiento de solidaridad con el injustamente atacado pueblo judío.

La nueva filosofía del S. XX, no quiere ser absorbida por la ciencia y las matemáticas. Se buscan márgenes más amplios que salgan de lo puramente intelectual y se adentren en el mundo del espíritu. El problema es reconocer la «realidad» de ése mundo interno del hombre: la memoria y la conciencia. Para encontrarlo, hay que investigar los límites del saber científico.

Eadweard Muybridge (seudónimo de Edward James Muggeridge) fue un fotógrafo e investigador nacido en Kingston upon Thames (Gran Bretaña) el 9 de abril de 1830.  Sus experimentos sobre la cronofotografía sirvieron de base para el posterior invento del cinematógrafo.
Eadweard Muybridge (seudónimo de Edward James Muggeridge) fue un fotógrafo e investigador nacido en Kingston upon Thames (Gran Bretaña) el 9 de abril de 1830. Sus experimentos sobre la cronofotografia sirvieron de base para el posterior invento del cinematógrafo.

Kant decía que el pensamiento sin intuición es ciego, pero que la intuición sin el concepto no es ciencia. Según el filósofo prusiano, espacio y tiempo son términos comparables y paralelos. Bergson se opone a esta teoría, para él, el espacio es un sistema de puntos, se puede pasar de uno a otro en cualquier dirección.

El tiempo, al contrario, es irreversible: El tiempo es una creación sostenida que no tiene «marcha atrás». Espacio y tiempo son entre sí, como la materia y la memoria, como el cuerpo y el alma, son opuestos. Igual que para él, lo son la razón y la intuición.

Aparición de un rostro y un frutero sobre la playa - Salvador Dali, 1938.  Según el artista, la cantidad de imágenes está limitada solamente por la capacidad paranoica del intelecto.
Aparición de un rostro y un frutero sobre la playa – Salvador Dali, 1938. Según el artista, la cantidad de imágenes está limitada solamente por la capacidad paranoica del intelecto.

Bergson diferencia claramente el ámbito en el que domina la inteligencia, las ciencias, todas las áreas del conocimiento científico, con otro, el de la percepción lineal, más enriquecedora, de lo que vivimos como «realidad». Una realidad que no está compuesta por instantes independientes, petrificados en conceptos. La realidad, según Bergson, la vivimos en la duración del «Élan Vital«, el tiempo vivo, la realidad creadora que no se compone de elementos, sino de una sucesión lineal de tiempo integrado., algo que el pensamiento, esquematiza y empobrece. Ortega, el filósofo español, compartía este término, aunque lo denominaba «razón vital», según él, Bergson nunca solucionó el problema de la carga de irracionalidad, que necesariamente conlleva la intuición.

La evolución creadora: la distinción entre lo orgánico y lo inorgánico. el repaso de las teorías evolutivas y su proposición. La conciencia se impone a la materia, la duración como trazo de unión..

La mecánica trata el tiempo de un modo matemático, espacialmente, como un receptáculo vacío y homogéneo que forma una línea; éste no es el tiempo real, el tiempo real es (en la opinión de Bergson) una pura duración, que se capta en la experiencia interna.

La mecánica no comprende el tiempo, pues lo concibe según el modo de ser del espacio; además hace imposible el movimiento, pues lo divide en unidades cuya entidad es completa en sí misma.Es la creatividad del «sprit», la conciencia interior que tenemos de las cosas, la intuición, la que puede llevarnos empíricamente a una aproximación más real de nuestro potencial y de la realidad del mundo que nos rodea.


San Juan de La Cruz
San Juan de La Cruz
Santa Teresa de Jesús. Pintura sobre lienzo, s.XVII
Santa Teresa de Jesús. Pintura sobre lienzo, s.XVII

Los místicos son, evidentemente, los maestros en ese campo. Tienen unas experiencias vividas, personales, que apenas pueden expresarse con palabras. Este es el caso de San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, que impresionaron fuertemente a Bergson, quien en 1929 decía:»A San Juan de la Cruz y a Santa Teresa, se les debe colocar por encima de todos los místicos. Su lectura me ha iluminado mucho y la convergencia o complementariedad de estos dos espíritus tan diferentes y, sin embargo, idénticos en su aprehensión de Dios, es para mí una prueba de la verdad. Los amo en igual medida y, sin embargo, coloco a San Juan de la Cruz en la cumbre de todo». Añade Bergson que, cuando leyó a estos dos místicos españoles, encontró sobre todo «esa nota de realidad que no engaña, que distingue, desde el primer instante, con golpe seguro, la historia de un viajero que ha recorrido los países de que habla, de la reconstrucción artificial de estos mismos países hecha por alguien que no ha estado en ellos». Antes de descubrirlos, Bergson dice que sólo poseía un «vago espiritualismo».

«La mística, llama a la mecánica, y la mecánica a la mística, es decir, la mecánica reclama un «suplemento del alma» capaz de domeñar las fuerzas excepcionales desencadenadas por la inteligencia del hombre. Sólo de esta forma podrá desarrollarse la » función social del universo, que es una máquina para hacer dioses»


Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se alojó Bergson durante su estancia en la ciudad.
Residencia de Estudiantes de Madrid, donde se alojó Bergson durante su estancia en la ciudad.
J. Uscatescu, catedrático de la Universidad Complutense, en un artículo titulado «Bergson y la mística española» (Folia humanística, noviembre-diciembre 1991, pp. 465-482), recoge la información sobre lo que declaraba Bergson después de su visita a España:

Bergson estuvo en España en 1916 y se refirió a ese viaje en estos términos: «En Madrid puse a prueba a mi público mediante una conferencia sobre el sueño: después, viendo que éste me seguía muy bien, hasta el punto de anticiparse a mí por el camino que yo seguía, abordé la elevada cuestión del alma, de su espiritualidad, de la supervivencia, de nuestro destino inmortal, y llevé a mi auditorio más lejos y más arriba de lo que había hecho nunca. Ninguna sorpresa, por tanto, al comprobar que España es el país de los espíritus generosos como Don Quijote y de místicos como Santa Teresa y San Juan de la Cruz».

En 1923, Bergson dijo que «el español es noble y generoso, hasta en sus errores. Hay en España una gran fuerza espiritual en reserva, que podrá entrar en juego cuando la ola de la industrialización haya sucumbido». Y años más tarde: «España: un gran país, cuya actitud espiritual descubrí con gran maravilla, el más capaz, sin duda, de resistir al bolchevismo, en el cual yo veo la mayor amenaza para nuestra civilización».


Obra:

Essai sur les données inmédiates de la conscience/ Ensayo sobre los datos inmediatos de la conciencia. (1889)-La conciencia es un tiempo que dura: Esto daría como resultado la libertad y de ahí parte la crítica a los planteamientos mecanicistas y cientifistas . Le Rire/ La risa. (1899)- Bergson entiende que la risa es una proyección y una descarga de tensión emotiva ante algo que nos representa.

Matière et mémoire/ Materia y memoria. (1896):- Considera dos tipos de memoria: la memoria técnica (o constructiva), que se basa en la repetición y hábitos motores. La memoria vital, que revive un acontecimiento pasado en su originalidad única. Constituye el fondo de nuestro ser (Bergson para estudiar a la memoria comienza por estudiar a los materiales no orgánicos que tienen capacidad de recuperar algunos aspectos prístinos tras haber sido alterados).

L’évolution créatrice / La evolución creadora. (1907) Acumuló material durante once años y pasó vacaciones enteras estudiando las costumbres de las hormigas y las abejas. De su estudio dedujo que sólo en unas pocas líneas -los insectos y los vertebrados- se da un progreso hacia formas cada vez más altas y complejas, mientras que en las demás se multiplican las desviaciones, los paros y los retrocesos. Sólo la ruta de los vertebrados «ha sido suficientemente amplia para dejar pasar libremente el gran soplo de la vida». Contempla al hombre como «el término y la finalidad de la evolución».

L’Énergie spirituelle / La energía espiritual. (1919): Es una recopilación de conferencias, Aparecerán en este libro experiencias como el sueño, las patologías de la memoria, el falso reconocimiento (el célebre “recuerdo del presente”), incluso la telepatía. «Nosotros producimos electricidad en todo momento, la atmósfera está constantemente electrizada, circulamos entre corrientes magnéticas; sin embargo millones de hombres han vivido durante miles de años sin sospechar la existencia de la electricidad. También pudimos pasar, sin darnos cuenta, al lado de la telepatía».

Les deux sources de la morale et de la religion / Las dos fuentes de la moral y de la religión. (1932).: Mostrar de qué manera la aparición del cristianismo y su posterior consolidación en el universo occidental significa un “salto” evolutivo espiritual y social. Espiritual por inaugurar una nueva actitud en relación a la sociedad y a la humanidad (la de la acción y el amor) y social por cuanto esta situación habría posibilitado el surgimiento de una nueva forma de organización social, cual sería la democracia y la representación parlamentaria en el Estado Moderno.

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Durante la exposición Universal, se inauguró el Metro de París, pero las obras continuaron durante veinte años más.

Bergson afirma que «empujado» por su «Élan Vital». la naturaleza lleva al hombre hacia su evolución social, igual que ha hecho con las abejas o las hormigas…

Aunque los logros del hombre no están predeterminados como los de éstas, sino que dependen directamente de su inteligencia y de la voluntad, la suma de las cuales es el impulso creador. Lo que más acerca al hombre a este impulso, es la moral y la religión. No una moral cerrada que sólo vela por sus intereses o rige únicamente a los miembros de «su» comunidad para la supervivencia, no, una moral abierta, de amor por todo lo creado, sin límites, en la que la religión , «religere«, le da perspectiva y profundidad.


-«Debemos obrar como hombres de pensamiento; debemos pensar como hombres de acción». -«La libertad es un hecho, y entre los hechos que observamos, no hay ninguno que sea más claro».

-«El presente sólo se forma del pasado, y lo que se encuentra en el efecto estaba ya en la causa».

-«La contemplación es un lujo, mientras que la acción es una necesidad».

-«Los conceptos están incluidos en las palabras».


¿Qué importa, oh Tiempo tirano,

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aquel calabozo estrecho
que de vidrio te hemos hecho
para tenerte en la mano,
si el detenerte es en vano
y siempre de ti esta ajena,
cuando más piensa que llena
nuestra vida, a cuya voz
huyes cual tiempo veloz,
y sordo, como en arena.
Luis de Góngora y Argote

Bibliografía:

Historia de la Filosofía, de Julian Marías.

Evolucionismo, filosofía y cristianismo, Mariano Artigas.

Wikipedia.

Roger Sperry, el cerebro dividido o la muñeca rusa existencial.

                                Mucho debo a la tierra en que crecí
                                Más aún a las vidas que me nutrieron.
   Pero sobre todo a Allah, que me dio dos lados distintos en mi cabeza. 

   Mucho reflexiono sobre el bien,  la verdad
   y en las creencias  que hay bajo el sol.

   Pero sobre todo pienso en Allah, que me dio dos lados en mi cabeza, no uno.

  Antes me quedaría sin camisa ni zapatos, sin amigos, tabaco o pan,

                               que perder por un minuto los dos lados distintos de mi cabeza.

                                                                                                Rudyard Kipling

«LA MUJER UTILIZA SU INTELIGENCIA PARA BUSCAR

MOTIVOS QUE JUSTIFIQUEN  LA INTUICIÓN»

(Gilbert Keith Chesterton)

 

 

«La ciencia está equivocada. Su interpretación del hombre y de la naturaleza no tiene sentido, está deshumanizada. toda la realidad, incluyendo la psique humana, se ha reducido a mecánica cuántica. La riqueza, el color y la belleza, se han perdido en fórmulas matemáticas»

  Roger Sperry   ( HartfordConnecticutEstados Unidos el 20 de agosto de 1913. Estudió filología  inglesa y  psicología en Ohio, y zoología en la Universidad de Chicago. Falleció el 17 de abril de 1994).

Nobel de fisiología y medicina en 1981 por sus estudios sobre el «Cerebro partido». Estos «dos cerebros» son los dos hemisferios cerebrales, unidos entre sí por un haz de conexiones neuronales de más de doscientos millones de fibras nerviosas.

Este científico analizó las diferentes formas de «ver el mundo» que tienen  ambos hemisferios, (trabajando con personas que habían sufrido graves traumas cerebrales y del cuerpo calloso) y llegó a la conclusión de que cada uno de ellos, aunque contienen áreas de percepción funcionalmente  similares,  por ejemplo en su parte posterior contienen el área auditiva y  visual,   perciben  la información disponible de manera muy diferente.

Si trazamos una línea divisoria imaginaria en la visión de cualquier imagen, podemos observar perfectamente la separación real en la percepción de nuestros hemisferios cerebrales, así el lado izquierdo de nuestro cerebro «manda» en el espacio correspondiente al espacio visual del ojo derecho (por el cruce de los nervios de ambos ojos en su camino hacia el cerebro). Ambos lóbulos están, perfectamente conectados, pero si no fuera así, y uno de los dos «fallara»,  perderíamos facultades muy importantes, por ejemplo el habla y el lenguaje en general, en el caso de lesiones en el hemisferio izquierdo, o el reconocimiento de lugares, personas… , si se tratase del hemisferio derecho.

Existe, según Sperry, una proyección clara en los pensamientos filosóficos que se derivan de ambos hemisferios., desde este punto de vista, los filósofos y pensadores no están libres de la atadura principal de su propio «ego», de su «personal tendencia cerebral».

Así, nos encontramos con una escuela Humanista, cuyo punto de vista es global y holístico, con énfasis especial en las características superiores, éticas y morales, las emociones y el sentimiento místico… características del hemisferio derecho, (Kierkegaard, Nietzsche, Dilthey, Bergson, Unamuno…).

Dice Henri Bergson: » La ciencia y la filosofía, que están pensadas desde lo espacial, no han conocido apenas la intuición: han operado siempre con  las categorías del pensamiento  conceptual, que no sirve para aprehender la vida y el tiempo real. Por  éso,  el hombre encuentra una gran dificultad para pensar estas realidades : le  faltan los instrumentos adecuados, y más aún, el hábito para servirse de ellos

Y una escuela Reduccionista, Materialista, que analiza el mundo a partir de los fragmentos  que «su» realidad le proporciona… ajustándose a los parámetros de acción del hemisferio izquierdo, (Demócrito,Espinoza, Diderot, Lamettrie, Holbach, Marx, Engels, Bakunin…).

De todas formas, es imposible etiquetar muchas y magníficas mentes pensantes, que han tenido un magnífico «equilibrio cerebral», Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Kant… y tantos otros.

 

«De acuerdo con la visión de la consciencia, los valores éticos y morales, se convierten en una parte integrante de la neurología. No pueden ser reducidos ni concebidos en la fisiología cerebral. Son determinantes universales en todas las decisiones que toman los seres humanos : constituyen la razón más poderosa que da forma a los acontecimientos mundiales». Sperry considera que el Holismo, aplicado al funcionamiento cerebral,  revela unas sorprendentes cualidades que emergen. Idea un nuevo concepto, que llama «Mentalismo» y con él  ofrece una explicación de cómo las propiedades que hasta el momento atribuíamos a la mente, han llegado a evolucionar (y continúan haciéndolo) en un sistema «material», físico, como es el cerebro.

Para Sperry, el mayor de los atributos  cerebrales es la consciencia, y  ésta es fruto de  la  enorme complejidad orgánica que lleva a unos organismos a evolucionar  en otros, cada vez más complejos, lo mismo que la complejidad que lleva a nuestro cerebro a desligarse de una forma cada vez más elaborada,  de  los impulsos primitivos.

«Para que la supervivencia biológica sea posible, la Mente en Libertad tiene que canalizarse a través de las válvulas del cerebro y el sistema nervioso. Lo que sale por el otro extremo es un insignificante chorrito de conciencia, de la clase de conciencia que nos ayuda a mantenernos vivos en la superficie de este planeta. Para formular y expresar los contenidos de esta conciencia reducida, el hombre ha inventado y perfeccionado constantemente los sistemas de símbolos e implícitas filosofías que llamamos lenguajes.

Aldous Huxley, Las puertas de la percepción.

                                                                                                                                                                   …

«En prosa, lo peor que uno puede hacer con las palabras es rendirse a ellas. Cuando pensamos en un objeto concreto lo hacemos sin palabras, y después, si uno quiere describir el objeto que ha estado visualizando, probablemente buscará hasta encontrar la palabra exacta que encaja con él. Al pensar en algo abstracto uno se siente más inclinado a emplear palabras desde el principio, y a menos que se haga un esfuerzo consciente por impedirlo, el dialecto más corriente llegará a toda prisa para hacerse cargo de la tarea, a riesgo de confundir e incluso cambiar el significado de las ideas. Probablemente, lo mejor es evitar el uso de palabras durante el mayor tiempo posible, para dejar claras las ideas a base de imágenes o sensaciones.»                   

 George Orwell , Politics and the English Language

                                                                                                                                                                   …

«Cada uno de nosotros no tiene de la mayor parte de las cosas, sino sus mascarillas nominales- palabras, palabras, palabras…, venteo, airecillos, soplos que nos vienen de la atmósfera social en que respiramos y que, al alentar, nos encontramos dentro. Y nos creemos  por ello, porque tenemos el nombre de las cosas, que podemos hablar de ellas y sobre ellas. Luego habrá quien nos diga : «-Vamos a hablar en serio de tal cosa». ¡Como si éllo fuera posible, como si «hablar» fuera algo que se puede hacer con última y  radical seriedad y no con la conciencia dolorida del que está ejecutando una farsa–farsa a veces tan noble, bien intencionada, incluso «santa», pero  a la postre farsa!.

Si se quiere, de verdad, hacer algo en serio, lo primero que hay que hacer es callarse. El verdadero saber es, como rigurosamente llegaremos a ver todos, mudez y taciturnidad. No es como hablar de algo en sociedad.

El saber es algo hondo, que únicamente pulsa en la soledad».

José Ortega y Gasset.

                                                                                                                                                                                                                        …

Nasrudin estaba sentado con un amigo cuando empezó a anochecer. «Enciende una vela», dijo el amigo, «porque está oscureciendo. Hay una justo a tu izquierda». «¿Y cómo voy a distinguir la derecha de la izquierda en la oscuridad, so tonto?», preguntó el Mulla.

Indries Shah
The Exploits of the Incomparable Mulla Nasrudin