Categoría: sueños
El sueño de los durmientes.
![victor-hugo[1]](https://obsidiana777.files.wordpress.com/2014/07/victor-hugo1.jpg?w=685)
Como siempre, soñaba que iba caminando por la ciudad. Llegaba a «la puerta» y entraba para encontrarme con «ellos». La estancia es pequeña, marrón, parece toda forrada de madera. Podría dar una sensación agobiante, sin embargo, cuando entro allí, sólo siento una enorme alegría por volver…
Los monjes estaban ya sentados cuando entré (lo cuál no es muy normal). No puedo verles el rostro aunque uno de ellos se lo descubre y me mira sonriente. Es joven, de piel y ojos muy claros.
-«Necesitamos tu ayuda. Esta vez, eres tú la que puedes hacer algo grande. Algo que sólo vosotros podéis hacer».
Me siento completamente confundida. Pienso «esto es un sueño, no es cierto que ellos me quieran para algo…¿ayudarles yo?».
El «monje» volvió a hablar…»Te necesitamos para limpiar algo que nosotros no podemos tocar. Para ello, tenemos que salir del mundo, vendrás conmigo y te enseñaré el lugar al que van las almas después de su existencia temporal en la tierra. Sólo uno de vosotros lo puede hacer, ya que sois vosotros los que lo producís. Es una especie de masa oscura que hay que sacar de una «piscina». Puedes hacerlo fácilmente -si no temes-. Yo voy a estar contigo. Me cogió la mano y salimos de la habitación. Los demás monjes extendieron sus manos hacia mí, en una señal que entendí de bendición.
Tuve miedo mientras salía al frío de la calle. De la mano de Gia (así me dijo que se llamaba), subimos hacia las nubes. No era como las películas de Superman, sentí el viento frío en la piel y una sensación de añoranza creciente. Añoranza de mi mundo, del que cada vez más, me iba alejando.
Por fin, entre las nubes, apareció una especie de poblado. No habían casas ni construcciones fijas, todo eran «escenas familiares», creaciones inestables soñadas por las personas que temporalmente vivían allí. Había algunas personas conocidas (nadie me podía ver), creando una especie de «vida en la tierra» a base de sueños e ilusiones. Hacían la comida, tocaban el piano, pintaban cuadros… un mundo imaginado que los haría felices por algún tiempo y del que, según me dijo Gia, deberían desprenderse pronto. Desde «fuera», desde mi perspectiva, eran seres grotescos dominados por algún tipo de demencia, que se afanaban en «tocar pianos inexistentes». Gia me dijo que para ellos, todo era tan real como podía ser mi vida para mi.
Seguimos subiendo y llegamos a un edificio de piedra de dimensiones enormes. Entramos por una abertura lateral, no tenía puertas ni ventanas. Dentro, la sensación fue abismal. No existía suelo, paredes ni techo… donde debería estar el suelo, había un sinfín de seres durmientes en incontables hileras de diferentes niveles.
Entre los miles que vi, a simple vista, se me permitió ver a mi padre. Estaba tumbado en una especie de cuna, como un niño en el interior de la madre. Dormía, soñaba y sonreía. Se estaba preparando para alcanzar otro nivel, una nueva experiencia vital (siempre según Gia).
Todos los seres durmientes, desprendían algo parecido a burbujas luminosas que dependiendo de su densidad, subían más o menos y alcanzaban lo que yo entendí que eran estanterías de libros abiertos. Infinidad de estanterías, infinidad de libros que se alineaban en las supuestas paredes del lugar, hasta llegar a la cúpula, donde llegaban sólo unos pocos de pensamientos (legados) humanos, los más puros, los menos pesados…
De allí salí con el convencimiento de que nada de lo que se nos pueda ocurrir, nada de lo que pase por nuestra mente es totalmente nuestro. Lo que si es nuestro, es la obligación de purificarlo, quitarle peso a todo lo que sentimos, para que cuando lleguemos a la sala, por destino propio, se vayan llenando las estanterías superiores, eliminando las más oscuras, pesadas, de la base.
Sin saberlo, pensando así, estaba dando en el clavo. Gia me hizo salir al exterior del edificio. Había una enorme «piscina» llena de lo que me pareció agua un poco amarillenta.
-«Este es tu cometido…tienes que entrar y desatascar el embalse, para que el agua pueda volver a correr y limpiar toda esta negatividad acumulada. Son muchos los recuerdos, las vivencias, los apegos que producen esta suciedad «
Yo tenía mucho miedo, en ese momento, no recordaba si sabía nadar…era muy grande y profundo, además no se veía limpio. Gia me tocó el brazo suavemente. Me hizo entender que él siempre estaba conmigo, que todo saldría bien. Me sentí con fuerza para cualquier cosa.
Entré en el embalse. No era realmente agua, parecía un líquido más fino y no me sentí mojada. Bajé hasta el fondo. Había un lodo pegajoso y oscuro que lo ensuciaba todo. Con las manos recogí lo que pude en cuatro subidas a la superficie , hasta que vimos cómo salía agua limpia del agujero… la «piscina», volvía a ser transparente, y la cara de Gia, era de felicidad.
Estaba muy contenta. A la vuelta, nuestro mundo me pareció más brillante y bonito. Bajábamos por una calle soleada, habían niños jugando en las puertas de las casas. Nos quedamos mirándolos.
De la montaña surgieron cuatro bestias, enormes perros negros (quizás del mismo color de la suciedad que acababa de arrancar en el embalse…) Supe que se había convertido en aquella maldad… Un momento terrible. Los perros,corrieron directos hacia los niños, creando terror y confusión.
Los atacaron con saña, tenía que ayudarlos, hacer algo…pero mientras corría hacia la terrorífica escena, me desperté.

Extraño estudio científico: la conexión entre los sueños y la telepatía.
Lo hemos vivido en las pruebas de sueños que hicimos en DDI y las que actualmente hacemos. Las coincidencias son increíbles. Aquí el informe original…http://download.journals.elsevierhealth.com/pdfs/journals/1550-8307/PIIS1550830712002133.pdf
y los sueños de detectives…http://realidadtrascendental.wordpress.com/2014/02/26/suenos-coincidentesun-sistema-emergente-psiquico/
Carlyle Smith, un destacado científico cognitivo de la Universidad de Trent, ha estado dirigiendo una serie de intrigantes experimentos que arrojan nuevas preguntas sobre la naturaleza de los sueños. Su rigor científico parece innegable, cada prueba se ha llevado a cabo cuidadosamente, pero no existe aún una teoría que logre explicar sus resultados.
En uno de sus experimentos, se pidió a 66 estudiantes que soñaran acerca de los problemas de la vida de una persona a la que no conocían. Para esto, simplemente se mostró a los participantes una fotografía, sin especificar el nombre o algún detalle de la vida de esa persona. Paralelamente, se pidió a un grupo de control de 56 estudiantes que siguieran el mismo procedimiento, pero respecto a un rostro ficticio generado por computadora.
La foto pertenecía a una mujer de mediana edad con esclerosis múltiple que estaba encargada del cuidado de su madre, la cual…
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Cosas de niños…
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