Roger Sperry, el cerebro dividido o la muñeca rusa existencial.

                                Mucho debo a la tierra en que crecí
                                Más aún a las vidas que me nutrieron.
   Pero sobre todo a Allah, que me dio dos lados distintos en mi cabeza. 

   Mucho reflexiono sobre el bien,  la verdad
   y en las creencias  que hay bajo el sol.

   Pero sobre todo pienso en Allah, que me dio dos lados en mi cabeza, no uno.

  Antes me quedaría sin camisa ni zapatos, sin amigos, tabaco o pan,

                               que perder por un minuto los dos lados distintos de mi cabeza.

                                                                                                Rudyard Kipling

«LA MUJER UTILIZA SU INTELIGENCIA PARA BUSCAR

MOTIVOS QUE JUSTIFIQUEN  LA INTUICIÓN»

(Gilbert Keith Chesterton)

 

 

«La ciencia está equivocada. Su interpretación del hombre y de la naturaleza no tiene sentido, está deshumanizada. toda la realidad, incluyendo la psique humana, se ha reducido a mecánica cuántica. La riqueza, el color y la belleza, se han perdido en fórmulas matemáticas»

  Roger Sperry   ( HartfordConnecticutEstados Unidos el 20 de agosto de 1913. Estudió filología  inglesa y  psicología en Ohio, y zoología en la Universidad de Chicago. Falleció el 17 de abril de 1994).

Nobel de fisiología y medicina en 1981 por sus estudios sobre el «Cerebro partido». Estos «dos cerebros» son los dos hemisferios cerebrales, unidos entre sí por un haz de conexiones neuronales de más de doscientos millones de fibras nerviosas.

Este científico analizó las diferentes formas de «ver el mundo» que tienen  ambos hemisferios, (trabajando con personas que habían sufrido graves traumas cerebrales y del cuerpo calloso) y llegó a la conclusión de que cada uno de ellos, aunque contienen áreas de percepción funcionalmente  similares,  por ejemplo en su parte posterior contienen el área auditiva y  visual,   perciben  la información disponible de manera muy diferente.

Si trazamos una línea divisoria imaginaria en la visión de cualquier imagen, podemos observar perfectamente la separación real en la percepción de nuestros hemisferios cerebrales, así el lado izquierdo de nuestro cerebro «manda» en el espacio correspondiente al espacio visual del ojo derecho (por el cruce de los nervios de ambos ojos en su camino hacia el cerebro). Ambos lóbulos están, perfectamente conectados, pero si no fuera así, y uno de los dos «fallara»,  perderíamos facultades muy importantes, por ejemplo el habla y el lenguaje en general, en el caso de lesiones en el hemisferio izquierdo, o el reconocimiento de lugares, personas… , si se tratase del hemisferio derecho.

Existe, según Sperry, una proyección clara en los pensamientos filosóficos que se derivan de ambos hemisferios., desde este punto de vista, los filósofos y pensadores no están libres de la atadura principal de su propio «ego», de su «personal tendencia cerebral».

Así, nos encontramos con una escuela Humanista, cuyo punto de vista es global y holístico, con énfasis especial en las características superiores, éticas y morales, las emociones y el sentimiento místico… características del hemisferio derecho, (Kierkegaard, Nietzsche, Dilthey, Bergson, Unamuno…).

Dice Henri Bergson: » La ciencia y la filosofía, que están pensadas desde lo espacial, no han conocido apenas la intuición: han operado siempre con  las categorías del pensamiento  conceptual, que no sirve para aprehender la vida y el tiempo real. Por  éso,  el hombre encuentra una gran dificultad para pensar estas realidades : le  faltan los instrumentos adecuados, y más aún, el hábito para servirse de ellos

Y una escuela Reduccionista, Materialista, que analiza el mundo a partir de los fragmentos  que «su» realidad le proporciona… ajustándose a los parámetros de acción del hemisferio izquierdo, (Demócrito,Espinoza, Diderot, Lamettrie, Holbach, Marx, Engels, Bakunin…).

De todas formas, es imposible etiquetar muchas y magníficas mentes pensantes, que han tenido un magnífico «equilibrio cerebral», Platón, Aristóteles, Santo Tomás de Aquino, Kant… y tantos otros.

 

«De acuerdo con la visión de la consciencia, los valores éticos y morales, se convierten en una parte integrante de la neurología. No pueden ser reducidos ni concebidos en la fisiología cerebral. Son determinantes universales en todas las decisiones que toman los seres humanos : constituyen la razón más poderosa que da forma a los acontecimientos mundiales». Sperry considera que el Holismo, aplicado al funcionamiento cerebral,  revela unas sorprendentes cualidades que emergen. Idea un nuevo concepto, que llama «Mentalismo» y con él  ofrece una explicación de cómo las propiedades que hasta el momento atribuíamos a la mente, han llegado a evolucionar (y continúan haciéndolo) en un sistema «material», físico, como es el cerebro.

Para Sperry, el mayor de los atributos  cerebrales es la consciencia, y  ésta es fruto de  la  enorme complejidad orgánica que lleva a unos organismos a evolucionar  en otros, cada vez más complejos, lo mismo que la complejidad que lleva a nuestro cerebro a desligarse de una forma cada vez más elaborada,  de  los impulsos primitivos.

«Para que la supervivencia biológica sea posible, la Mente en Libertad tiene que canalizarse a través de las válvulas del cerebro y el sistema nervioso. Lo que sale por el otro extremo es un insignificante chorrito de conciencia, de la clase de conciencia que nos ayuda a mantenernos vivos en la superficie de este planeta. Para formular y expresar los contenidos de esta conciencia reducida, el hombre ha inventado y perfeccionado constantemente los sistemas de símbolos e implícitas filosofías que llamamos lenguajes.

Aldous Huxley, Las puertas de la percepción.

                                                                                                                                                                   …

«En prosa, lo peor que uno puede hacer con las palabras es rendirse a ellas. Cuando pensamos en un objeto concreto lo hacemos sin palabras, y después, si uno quiere describir el objeto que ha estado visualizando, probablemente buscará hasta encontrar la palabra exacta que encaja con él. Al pensar en algo abstracto uno se siente más inclinado a emplear palabras desde el principio, y a menos que se haga un esfuerzo consciente por impedirlo, el dialecto más corriente llegará a toda prisa para hacerse cargo de la tarea, a riesgo de confundir e incluso cambiar el significado de las ideas. Probablemente, lo mejor es evitar el uso de palabras durante el mayor tiempo posible, para dejar claras las ideas a base de imágenes o sensaciones.»                   

 George Orwell , Politics and the English Language

                                                                                                                                                                   …

«Cada uno de nosotros no tiene de la mayor parte de las cosas, sino sus mascarillas nominales- palabras, palabras, palabras…, venteo, airecillos, soplos que nos vienen de la atmósfera social en que respiramos y que, al alentar, nos encontramos dentro. Y nos creemos  por ello, porque tenemos el nombre de las cosas, que podemos hablar de ellas y sobre ellas. Luego habrá quien nos diga : «-Vamos a hablar en serio de tal cosa». ¡Como si éllo fuera posible, como si «hablar» fuera algo que se puede hacer con última y  radical seriedad y no con la conciencia dolorida del que está ejecutando una farsa–farsa a veces tan noble, bien intencionada, incluso «santa», pero  a la postre farsa!.

Si se quiere, de verdad, hacer algo en serio, lo primero que hay que hacer es callarse. El verdadero saber es, como rigurosamente llegaremos a ver todos, mudez y taciturnidad. No es como hablar de algo en sociedad.

El saber es algo hondo, que únicamente pulsa en la soledad».

José Ortega y Gasset.

                                                                                                                                                                                                                        …

Nasrudin estaba sentado con un amigo cuando empezó a anochecer. «Enciende una vela», dijo el amigo, «porque está oscureciendo. Hay una justo a tu izquierda». «¿Y cómo voy a distinguir la derecha de la izquierda en la oscuridad, so tonto?», preguntó el Mulla.

Indries Shah
The Exploits of the Incomparable Mulla Nasrudin

HILANDERAS, LAS QUE TEJEN EL DESTINO.

 Diego de Velázquez. 1657. Óleo sobre lienzo. 220 x 289. Museo del Prado. Madrid. Es una de las obras emblemáticas del pintor, realizada en sus últimos años de actividad. El cuadro representa una escena que parece costumbrista, un taller de costura. Sin embargo el tema representado es mucho más complejo. Lo que representó Velázquez fue una escena mitológica, “la fábula de Aracne” que representa la contienda entre Atenea y Aracne por ver quien tejía mejor, y la consiguiente transformación en araña de Aracne como maldición impuesta por la diosa Atenea.
Diego de Velázquez. 1657. Óleo sobre lienzo. 220 x 289. Museo del Prado. Madrid. Es una de las obras emblemáticas del pintor, realizada en sus últimos años de actividad. El cuadro representa una escena que parece costumbrista, un taller de costura. Sin embargo el tema representado es mucho más complejo. Lo que representó Velázquez fue una escena mitológica, “la fábula de Aracne” que representa la contienda entre Atenea y Aracne por ver quien tejía mejor, y la consiguiente transformación en araña de Aracne como maldición impuesta por la diosa Atenea.

Hace años que visité por primera vez  «El Prado».  Durante la visita, en ningún momento me abandonó el asombro y la admiración por  la belleza y  calidad  del arte que allí se expone.

Dos pinturas  me impactaron especialmente, «Saturno  devorando a su hijo», del genial Goya  y  «Las Hilanderas» , obra del «impresionista»  adelantado a su tiempo, Diego Velázquez.

El cuadro relata la fábula de Aracne, la joven Lidia de enorme talento, que desató la rabia de toda una diosa del Olimpo, Atenea, hija de  Zeus.

Tenemos a la joven Aracne, a  la derecha, vuelta de espaldas, trabajando  en su tapiz.  A la izquierda,   Atenea, que  finge ser una anciana,  con falsas canas en las sienes, Velázquez  muestra su pierna, de adolescente, (como una Amaterasu virginal tejedora  de un  Universo, todavía incompleto). En el suelo, lo que parecen  trozos de una vasija rota ( las jóvenes de la época conseguían mantener el peso comiendo pequeños pedacitos de barro cocido).

Al fondo, el desenlace de la fábula, el tapiz  muestra a  Zeus, seductor de diosas y mortales.

Frente al tapiz, en otro «nivel» hay  dos figuras:  son la diosa ataviada con sus atributos, el casco y la égida (coraza), en actitud severa frente a una joven desafiante, nuestra Aracne, que, tras su suicidio,  va a ser convertida en araña por toda la eternidad.

En otro plano, más cercano , tenemos a las dueñas, las damas que admiran la obra, una de ellas mirando  hacia el ruidoso taller.

El lienzo,  pintado para Don Pedro de Arce, uno  de los mayores coleccionistas de la historia,  no ingresó hasta el siglo XVIII en las Colecciones Reales, sufriendo entonces unas adiciones de importancia en la parte superior y en el lateral izquierdo que modificaron las  proporciones originales.

Es una composición maravillosa,  metáfora del mundo y sus causalidades.  Hilando en una rueca que parece dotada del  movimiento  que provoca la rivalidad.

Dioses y  mortales,  pintores que querían ser «nobles» …pares de opuestos,  hilos para tejer.

Ventanas

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Cada uno de nosotros es una ventana expuesta al mundo.

Algunas reciben durante todo el día un sol de justicia, mientras otras permanecen casi siempre en la penumbra.

Muchas ventanas no se abren casi nunca porque no les gusta lo que guardan en su interior. Otras, lo hacen espléndidas y dejan que el aire circule libremente.

Las hay de todo tipo, aunque todas son iguales y no siempre las encontrarás de la misma manera, todo depende…, pero es importante saber que no depende de ti cómo las encuentras, lo que de ti depende es ponerte a su lado y compartir ese pequeño rayo de sol que a veces te visita.