Categoría: gente corriente
De «Gente Corriente»
Seres de luz
Algunas mañanas, al salir de casa, tenía la percepción de que su ciudad, el mundo, habia experimentado algún cambio de energía, como si hubiera amanecido en un universo paralelo.
Ayer, 23 de Junio de 2.016, por la mañana, vio con enorme claridad a los Seres de Luz de cada una de las personas con las que se cruzó de camino al trabajo.
Una jovencita, dos señores mayores, un camarero chino sirviéndoles café, y los magnificos, bellos, seres de luz que les acompañan a pocos centímetros de su cuerpo.
Todos los Ángeles de la guarda eran del mismo tamaño, unos dos metros y poco más de altura. Todos de enorme brillo y belleza.
Unas señoras paseando los perritos…con sus correspondientes custodios junto a ellas, pegados, esperando llegar a comunicarse, ejercer su labor de Amor, cuidado y avance espiritual.
Los ojos no paraban de llorar, demasiada belleza ignorada en el mundo. Y la sensación de alegría «porque el Padre nos ama hasta el punto de enviarnos una gota de su esencia para acompañarnos en todos los minutos de nuestras vidas.»
¡¡Si los humanos supieran!!!
LA IMAGINACIÓN RODEA EL MUNDO
Mientras navegamos por el río de la vida, encontramos obstáculos de todo tipo, los llamamos enemigos.
Aunque no nos guste, es el orden natural de las cosas. Para esos obstáculos, nosotros también seremos un estorbo…un enemigo. Es el maravilloso y en apariencia, caótico aprendizaje vital.
Es imprescindible fortalecerse, creer en nuestras posibilidades, no dejarse arrastrar por el peso o la fuerza con la que los
«enemigos» tratan de doblegarnos.
¿Y qué mayor fuerza que la que nos aporta la imaginación?
La fantasía puede eliminar cualquier daño y crear un mundo maravilloso en el que descansar, aunque sea durante unos minutos. Puede crear un «osito Teddy» que nos defienda durante el sueño de todos los peligros del mundo. Hasta puede acostumbrarnos a sentirnos seguros y protegidos, ¿porqué no?
Al final, ¿Qué es la realidad fuera de las convicciones?, si yo lo creo ¿no lo estoy creando?.
– Imagen: «The truth about teddy bears». Artist: Begemott Source.
El muerto o las flores transparentes
«I have dreamed in my life, dreams that have stayed with me ever after, and changed my ideas; they have gone through and through me, like wine through water, and altered the color of my mind.» ~Emily Bronte
Era a principios de los años setenta.
Cuando íbamos a la playa, generalmente con mi hermana y su novio, las palabras más repetidas eran : ¡¡¡sal del agua!!!, siempre me las decían a mi. A veces, porque jugaba con niños que acababa de conocer y el tiempo se detenía estando con ellos o símplemente porque «me encantaba» observando piedrecillas y caracolas.
Aquel día fue diferente. Mis padres venían con nosotros. El odioso novio de mi hermana, (que al cabo de los años sería una de las personas más queridas para mi), nos llevó a pasar el día a una playa en Garraf.
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Con la inútil intención de comprar mi aprobación, me había regalado unas gafas de buceo. Guapísimas, de color azul. Yo estaba feliz y deseando estrenarlas, aunque me guardé mucho de demostrarlo. Así que cuando llegamos a la enorme playa… ¡¡¡Al aguaaaa!!!
Mi padre, al que también le gustaba bañarse, permanecía cerca de mi todo el rato, vigilando, porque yo siempre había buceado, pero la tendencia era a entrar demasiado en aguas profundas y aquella playa larga y superficial podía ser engañosa.
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En uno de mis baños, él se quedó cerca de la orilla observando. Yo estaba con la cabeza bajo el agua, mirando las rocas y «maravillas» del fondo, cuando algo me golpeó la espalda. Hice un movimiento brusco por el susto y giré mi cuerpo, de manera que quedé prácticamente encima de algo negro y seco que flotaba.
Una fuerte voz en mi cabeza, gritó :- ¡Sólo es un tronco seco!.
Me separé rápidamente tosiendo el agua, que en la precipitación había tragado, recomponiéndome como pude hasta llegar a la orilla, donde mi padre observaba mi movimiento extraño, aunque no imaginaba la causa y como veía mi cabeza fuera del agua, seguía tranquilo.
-¡¡Hay un tronco muy grande!. -¡He tocado un tronco enorme!!
Mi padre entró en el agua y gente cercana a la orilla fue acercándose a nosotros. Había algo más, mucho más que un tronco allí.
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El cuerpo de un hombre ahogado apareció ante los ojos de todos, con los brazos y las manos extendidas y agarrotadas.
Mi padre corrió hacia mi e intentó que yo no mirara aquel cuerpo del que hacía pocos minutos había estado tan cerca.
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El cuerpo fue extraído y llamaron a la Guardia Civil para que se hiciera cargo de la situación.
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El hombre, de piel negra y muy delgado, permaneció tendido al sol durante horas hasta que vinieron a por él.
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No podíamos irnos de la playa, porque ese día, los que todavía eran príncipes Juan Carlos y Sofía venían al Prat a inaugurar una terminal del aeropuerto. La carretera había sido cortada por esa causa y por ello el cadáver del pobre hombre nos acompañó todo el día.
A lo largo de las horas, los brazos, que al principio habían señalado al sol, fueron perdiendo rigor, quizás por el tremendo calor, y fueron bajando. Alguien gritó al ver que se movían que el hombre estaba vivo, por un momento tuvimos esa esperanza; incluso se acercaron y trataron de reanimarlo por supuesto sin resultado.
Aquel inolvidable día de playa lo fue por el hombre muerto. No era desagrado lo que yo sentía, era pura tristeza. ¿Quién sería y quiénes lo echarían en falta?
Casi una semana después, el viernes por la noche, mi hermana y su novio invitaron a mis padres a tomar algo al nuevo bar del aeropuerto. La gran y fresca terraza era un reclamo para esas visitas nocturnas, que se pusieron de moda aquel año. Yo me quedaría en casa al cuidado de mi hermano, porque ellos volverían muy tarde.
Esta foto es del antiguo bar, no encontré las de su actualización en los 70
http://orgullosademiciudad.blogspot.com.es/2014/01/aeropuerto-barcelona-el-prat-1919-1977.html
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Salieron contentos los cuatro y casi inmediatamente mi hermano, que entonces tenía unos veinte años, se fue de casa también, dejándome sola…«porque tu ya eres una niña muy mayor».
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No sé si fue esa sensación de soledad, de abandono o símplemente el recuerdo de lo acontecido el sábado anterior, pero una sensación de terror agobiante se apoderó de mi. Recordaba el contacto de aquel cuerpo seco y rasposo. Los brazos extendidos, las manos crispadas que lentamente descendían hacia la arena. Recordaba mi boca tragando el agua contaminada por la presencia cercana de la muerte, y me sentía completamente sola, sin nadie a quien acercarme, sin refugio.
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Encendí todas las luces del pasillo y del comedor. Temblorosa, cerré los ojos y me hice un ovillo en el sofá esperando que mis padres volvieran.
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No sé cuánto tiempo pasó, sé que de repente el miedo cesó y una sensación de calor y relajación me inundó.
Frente a mi, cuando por fin abrí los ojos, habían dos preciosas flores de pétalos y hojas brillantes y semitransparentes.
Las flores más bellas que nunca he visto.
Durante mucho rato las estuve observando hasta que desaparecieron, y al final, completamente relajada ya, me levanté, apagué las luces y me metí en la cama sabiéndome querida y cuidada.
Inocencia (Javier López)
Rodeado de oboes entre brisas y rayos,
el verde que florece culmina en un cruce
de árboles muy nacientes hablando otro lenguaje.
No va a medir distancias, apenas es un niño.
Aventura vestida de inocencia. Corales.
LA MAREA SONORA DE LAS OLAS…(de Javier López)
La marea sonora se quebranta
con el azul alado de las olas
y en cada tramo, pasa, prende y ruge
como una autoconciencia ilimitada.
Mientras tanto, me quedo con un molde
humano en el recodo que se enmarca,
es un simple recodo y muy presente.
Y deseo el revuelo y la marea;
el frenético vaivén que se va alzando,
el tejido de la Naturaleza.
Parece que se aleja y no me atrevo,
las sombras perseveran en sus formas
por culpa del temor a naufragar.
Y ya crepita, si, con fortaleza;
un chillido, un asomo. Incertidumbre.

Ciudadana del mundo
Ayer, 11 de Septiembre de 2015, volví a sentirme extraña en mi propia ciudad. Extraña entre mis amigos y conocidos. Diferente. Lo mismo me ocurrió con las Olimpiadas de Barcelona, pero entonces, recién cumplidos 30, yo todavía era la reina del mundo. Ahora paso de los cincuenta, sentirme diferente ya es una realidad fundamentada.
Ayer salió una enorme multitud a la calle. Se manifestaban para que todo el mundo sepa que en Catalunya hay muchos ciudadanos que quieren un estado independiente del español. Y lo hicieron con gracia, como siempre. Formaron unas figuras de diversos colores, algo vistoso a vista de pájaro, que es como se hacen las grandes fotos hoy en día. El ambiente, me recordaba a las jornadas geganteras de mis tiempos juveniles, cuando simulábamos tocar las grallas o los timbales o tambores incluso. (era mejor simular el toque de gralla,- que por cierto es muy complicado de aprender-, siempre hay un hueco para guardar ese instrumento y salir a tomar una cervecita). Recuerdo un viaje a Tolousse, con qué afán gritábamos lo de «Falera Gegantera»,,, había un momento en que el fervor eral tal, que no nos hubiera exptrañado que incluso la giganta gritara con nosotros.
Bueno, la cuestión es que ayer, salieron a hacer la Vía Lliure, bien coordinados y en buena compañìa.
Dentro de nada, tenemos que votar el nuevo gobierno de la -todavía-. autonomía catalana,…y digo yo que para ese viaje, no se necesitaban esas alforjas. A mi, la figuración nunca me ha gustado. Soy una de esas personas humildes y de raído carácter a las que no les gusta que les marquen el paso y lo evito siempre que puedo.
Sólo he asistido a la primera celebración de la Diada catalana, el 11 de Septiembre de 1.976. Entonces, no pudo ser en Barcelona. Salimos de casa, como siempre,» voy con el esplay de excursión…» ( los padres de aquella época como los actuales, se lo tragaban todo). Nuestro destino: un tren abarrotado de Barcelona a Sant Boi de Llobregat.
Lo pasamos en grande, quinceañeros con mochila y bocatas. Uno, llevaba una senyera grande y otro se trajo la bandera de Andalucía que su padre guardaba como oro en paño. No reivindicábamos la ruptura, precisamente ese sentimiento de unión entre todos era lo que nos emocionaba, reivindicábamos la Democracia. Recuerdo que a nuestro lado estaban Ramón Muntaner, un cantante de la época, y el gran Sisa.
Nunca he participado en un acto tan cargado de emoción como aquel. Ver a ancianos llorar ilusionados por la nueva apertura tras la muerte del dictador…
Entonces, a partir de ahí, ¡que bien se hubieran podido hacer las cosas!!
DESAMOR
Te quiero para cambiarte de arriba a abajo,
de abajo a arriba.
Te quiero, como no eres, te quiero a mi medida.
Para borrar tus sueños, ideas y locuras
pintaré tus recuerdos
con mi pátina oscura.
La vida que tuviste será zona vacía.,
la sombra que se arrastra
hacia la silueta mía.
Cuando ya seamos uno, ¡qué gran felicidad!
lo mío será tuyo,
mi mundo te llenará.
Me querrás tanto y tanto…y con tanto desamparo
que procurarás quedarte, ya,
para siempre a mi lado.
Bola de Nieve o la música.
«Bola de Nieve se casó con la música y vive con ella en esa intimidad llena de pianos y cascabeles, tirándose por la cabeza los teclados del cielo. ¡Viva su alegría terrestre! ¡Salud a su corazón sonoro!»
Pablo Neruda
https://youtu.be/MMUspkOFTDI
Ignacio Jacinto Villa Fernández (n. Guanabacoa; 11 de septiembre de 1911 – m. Ciudad de México; 2 de octubre de 1971), más conocido por su nombre artístico de Bola de Nieve, fue un cantante, compositor y pianista cubano.

“Donde quiera me piden No puedo ser feliz, Mesié Julián o Chivo que rompe tambó, pero hay que renovarse.
Yo no creo que soy compositor, ni me respeto como tal. Yo no creo en Bola de Nieve compositor.
De las cosas que así me salieron, cancioncitas de esas baratas que yo hago, hay algunas que han gustado.
Creo que lo que mejor me califica es mi personalidad de intérprete. No soy exactamente un cantante, sino alguien que dice las canciones, que les otorga un sentido especial, una significación propia, utilizando la música para subrayar la interpretación.
Si hubiera tenido voz hubiera cantado en serio, me hubiera gustado cantar en serio, me hubiera gustado cantar ópera, pero tengo voz de manguero, tengo voz de vendedor de duraznos, de ciruelas, entonces me resigné con vender ciruelas sentado al piano.
Cuando interpreto una canción ajena no la siento así. La hago mía. Yo soy la canción que canto; sea cual fuere su compositor. Por eso, cuando no siento profundamente una canción, prefiero no cantarla. Si yo canto una canción porque está de moda, pero no la siento, entonces no la puedo trasmitir, no le puedo dar nada a quien me escucha.
Yo entiendo por arte dar las cosas como uno las siente, poniendo al servicio del autor la propia sensibilidad, y establecer esa corriente que hace que el público ría o llore, o guarde silencio«.
El primer disco de Bola de Nieve fue un LP que se lanzó en 1953 bajo el sello de RCA Víctor Mexicana, con arreglos y orquestación de José Sabre Marroquín. En él interpretó composiciones de María Grever, Vicente Garrido, Adolfo Guzmán y del propio Bola.
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Si yo encontrara un alma
Como la mía
Cuantas cosas secretas
Le contaría
Un alma que al mirarme
Sin decir nada
Me lo dijese todo
Con la mirada
Un alma que embriagase
Con suave aliento
Que al besarme sintiera
Lo que yo siento
Y a veces me pregunto
Que pasaría
Si yo encontrara un alma
Como la mía.
Un alma que al mirarme
Sin decir nada
Me lo dijese todo
Con la mirada
Un alma que embriagase
Con suave aliento
Que al besarme sintiera
Lo que yo siento
Y a veces me pregunto
Que pasaría
SComo la míai yo encontrara un alma -
«Tengo voz de vendedor de duraznos, de ciruelos; entonces, me resigné con vender ciruelas en el escenario, sentado en el piano».
La Vie en Rose
Autor: Edith Piaf
Quand elle me prend dans ses bras
et me parle tout bas
je vois la víe en rose