Algunas mañanas, al salir de casa, tenía la percepción de que su ciudad, el mundo, habia experimentado algún cambio de energía, como si hubiera amanecido en un universo paralelo.
Ayer, 23 de Junio de 2.016, por la mañana, vio con enorme claridad a los Seres de Luz de cada una de las personas con las que se cruzó de camino al trabajo.
Una jovencita, dos señores mayores, un camarero chino sirviéndoles café, y los magnificos, bellos, seres de luz que les acompañan a pocos centímetros de su cuerpo.
Todos los Ángeles de la guarda eran del mismo tamaño, unos dos metros y poco más de altura. Todos de enorme brillo y belleza.
Unas señoras paseando los perritos…con sus correspondientes custodios junto a ellas, pegados, esperando llegar a comunicarse, ejercer su labor de Amor, cuidado y avance espiritual.
Los ojos no paraban de llorar, demasiada belleza ignorada en el mundo. Y la sensación de alegría «porque el Padre nos ama hasta el punto de enviarnos una gota de su esencia para acompañarnos en todos los minutos de nuestras vidas.»
¡¡Si los humanos supieran!!!
Los «Seres de luz» a veces tienen que transformar su apariencia hasta conseguir una corporeidad, la mayoría de las veces humana, aunque también en forma animal, porque su misión lo impone así. Yo me he encontrado en mi camino con unos cuantos que tenían forma de señora mayor que te sonríe y te dice una palabras cuando más lo necesitas, de jovencita que acude en tu ayuda cuando menos lo esperas y te indica el camino a seguir, de hombre amable y diligente que parece saber lo que estás sintiendo en ese momento y te ayuda con las palabras adecuadas, de gato amoroso que te arrulla cuando lo necesitas… Están siempre a nuestro lado, sólo tenemos que mirar con los ojos del corazón.
Si, querida. Así es.