Estoy leyendo unas cuantas frases sobre «callar», ahora que están tan sobrevaloradas las palabras (las huecas, ésas que lo inundan todo y simplemente no hacen puñetera falta), no vienen mal estas sabias reflexiones. Os las dejo, a lo mejor a alguien le sirven, como a mi.
Sobre todo, me encanta la sencilla filosofía que se recoge en el vídeo de «Doctor en Alaska».
«Yusayatani hablaba y hablaba para mantener lejos al lobo, pero hablaba tanto que sólo se oía a si mismo, no oía ni al río ni al viento ni siquiera al lobo…».
« Si lo pensamos, veremos que muchos de los disgustos que nos sobrevienen, lo son por palabras innecesarias», Azorín.
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José Ortega y Gasset.
“Cada uno de nosotros no tiene de la mayor parte de las cosas, sino sus mascarillas nominales- palabras, palabras, palabras…, venteo, airecillos, soplos que nos vienen de la atmósfera social en que respiramos y que, al alentar, nos encontramos dentro. Y nos creemos por ello, porque tenemos el nombre de las cosas, que podemos hablar de ellas y sobre ellas. Luego habrá quien nos diga : “-Vamos a hablar en serio de tal cosa”. ¡Como si éllo fuera posible, como si “hablar” fuera algo que se puede hacer con última y radical seriedad y no con la conciencia dolorida del que está ejecutando una farsa–farsa a veces tan noble, bien intencionada, incluso “santa”, pero a la postre farsa!.
Si se quiere, de verdad, hacer algo en serio, lo primero que hay que hacer es callarse. El verdadero saber es, como rigurosamente llegaremos a ver todos, mudez y taciturnidad. No es como hablar de algo en sociedad.
El saber es algo hondo, que únicamente pulsa en la soledad”.
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Confucio
«El silencio es el único amigo que jamás traiciona».
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Friedrich Wilhelm Nietzsche
«El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio».
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Ernest Hemingway
«Se necesitan dos años para aprender a hablar y sesenta para aprender a callar».
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Catón de Ütica
«La primera virtud es frenar la lengua, pero es casi un dios quien, aun teniendo razón, sabe callarse».
Cierto, querida amiga, demasiadas palabras huecas, demasiado ruido vacío es el que hacemos día tras día, viendo que, en realidad, no sirve para nada, nada estamos cambiando, solo empobrecer nuestra vidas.
Hora es ya de callar, reflexionar… y obrar.