Gurdjieff, durante sus estudios sobre la filosofía esotérica oriental, encontró una figura que lo fascinó, el triángulo equilátero central, «cortado» por dos triángulos rectángulos., la figura del Eneagrama . (Algunos autores la datan de antes del año 2.500 a.C.).
La figura presenta nueve puntas (los nueve Tipos del Eneagrama, y un espacio vacío, inconcluso, en la base, que según la tradición, sería «la Perfección», el espacio «Cósmico», «Allí por el que Dios mismo insuflaría la creación del Ser».
Durante los años 60, Óscar Ichazo estudió con más profundidad el trabajo de Gurdjieff , que él llamó Eneagrama de Fijación del Ego, en compañía de Claudio Naranjo.
Naranjo llevó su conocimiento (y actualización a las nuevas características modernas), del sistema del Eneagrama a la ciudad de Berkeley a principios de los años 70, donde se lo enseñó a estudiantes en el contexto de su propio programa de trabajo de desarrollo personal.
Se trata, de conocer las nueve posibles personalidades, cárceles en las que nos «encorseta» el ego.
Una especie de trampa auto impuesta, con la que de una manera u otra evitamos enfrentar nuestra propia realidad personal.
Una vez estudiadas, buscamos la que puede estar más cercana a nosotros y… nos miramos en un espejo!
1. Ira
2. Orgullo
3. Vanidad
4. Envidia
5. Avaricia
6. cobardía
7. Escapismo
8. Lujuria
9. Pereza
1. LA IRA. El Perfeccionista-Resentido
El tipo «uno» es la ira o la cólera, entendida en todas sus variantes y matices: irritación, frustración, insatisfacción, resentimiento, impaciencia, desdén, intolerancia, rencor.
Es el líder, se cree superior y no duda en demostrarlo. Cualquier intento de los demás por rebajar un poco las espectativas de su ego, será visto como simple envidia o ataque.
– La superioridad: La irritación ante las limitaciones de los demás (por supuesto odia la mediocridad), puede traducirse en actitudes de superioridad profesional, intelectual. etc…
– La critica: constante inclinación a detectar instintivamente los errores y los aspectos negativos de las personas, así como a puntualizar sistemáticamente las cosas que no funcionan, tanto dentro de su círculo , como fuera.
– El perfeccionismo: excesiva preocupación por los detalles. Nerviosismo y sensación permanente de desasosiego.
– El moralista: tendencia a imponer los propios criterios y juicios, adoptando un tono de sermón y de reprimenda en relación con los comportamientos considerados erróneos, el moralista degenera a menudo en actitudes culpabilizadoras.
– El brusco manipulador : El «1», sabe cuál es la situación correcta del «engranaje» vital en el que se mueve. Cualquier cambio, si se considera erróneo, será una dificultad para sus nervios. La tensión provocada puede perturbar el sueño, complicar la digestión y originar ulceras, gastritis, et.
Existen múltiples formas de «reeducarse» si eres un número uno:
– Educarse en la afirmación de lo que hay de bueno y positivo en uno mismo y en los demás, sin atormentarse por lo que sigue siendo incompleto e imperfecto.
– Ser conscientes de que hay distintos modos de hacer las cosas, sin menospreciar los de los demás.
– Transformar la cólera en energía positiva, sin necesidad de juzgarla o de justificarla, sino canalizándose al servicio de la justicia y de la verdad.
– Tener paciencia y apreciar los pequeños esfuerzos sin lamentarse por los errores cometidos o las oportunidades perdidas.
– Aprender a reírse de uno mismo, desdramatizando los propios desaciertos y relativizando las angustias.
– Valorar la importancia de las cosas objetivamente.
– Convivir creativamente con las propias limitaciones e imperfecciones.
Crítico de sí mismo y de los demás. Convencido de que existe una sola forma correcta. Se siente éticamente superior. Con frecuencia utiliza palabras como «debo» o «tengo que».
Los unos evolucionados pueden ser héroes morales con excelente capacidad crítica. Los Uno fueron niños buenos, aprendieron a portarse bien, a ser responsables y a hacer lo correcto. Aprendieron a controlarse con severidad. Trabajadores rectos independientes y perfectos. Están en contra de las cosas «así como están». Ellos creen que luchan por mejorar algo. Son personas muy justas y de gran moralidad. Muy poca aceptación del otro, cuando éste cae en desgracia. . Intentan acomodar la pareja a sus expectativas. Son amas de casa «perfectas y pulcras».Puritanos: son más papistas que el Papa. Tienen voz firme y pronunciado mentón, la voz muy firme. Corrigen lo que está mal, se fijan en la mancha, no en el traje. Se dedican a causas benéficas Exigentes y estrictos. Exigen respeto. Piden JUSTICIA. Miedo a dejarse llevar, a la pasión. Aristócratas ordenados y limpios. La palabra es CONTROL. Es una no aceptación de la naturaleza. Es realista, convicciones fuertes, prejuicioso y rígido. El deber está por encima del placer. Interés por los reglamentos, por las normas. Tienen la compulsión de decir «cómo debería de hacerse». Echan mano de la razón, abogacía innata.
2. EL ORGULLO. El que da, el seductor.
Exige aprobación y afecto. Busca ser amado y apreciado volviéndose indispensable para otra persona. Entregado a satisfacer las necesidades de los demás. Manipulador.
-Hipervaloración: tendencia a sobrevalorar los propios méritos. El 2 tiene una gran necesidad de sentirse necesario o indispensable en la vida de los demás.
– Hipersensibilidad emotiva: excesiva sensibilidad y ansiedad frente a las criticas o los indicios de ser rechazado. Cuando se siente herido, el 2 se cierra en sí mismo y se hace agresivo. De vez en cuando aparece la envidia como expresión de su necesidad de mantener dependientes a las personas de su entorno.
-El hedonismo: búsqueda del placer y de toda clase de gratificaciones, incluidas las culinarias, para compensar la falta de afecto y de ternura.
-La seducción: empleo de técnicas, verbales o no para atraer sobre sí la atención de las personas que despiertan su interés o admiración.
-La proyección: método recurrente de atribuir a los demás los propios sentimientos y necesidades, como justificación para honrarles mediante el propio servicio y disponibilidad.
La salida positiva del «orgulloso» consiste en practicar la humildad que no es otra cosa que un orgullo sanado. Verse desnudo delante de un espejo sintiendo gratitud por lo que éste refleja, sin exagerar los propios sentimientos, imaginándolos mayores de lo que son:
– Aceptar las propias limitaciones, necesidades y sentimientos,
– Reconocer que las propias motivaciones, a la hora de ayudar a los demás, están a menudo mezcladas con exigencias personales de fondo.
– Darse cuenta de que cuando estalla la cólera o el resentimiento es porque hay necesidades reprimidas o insatisfechas que piden ser atendidas.
– Aprender a ser uno mismo, mas que esforzarse en complacer a los demás.
– Quererse a uno mismo independientemente de la utilidad práctica que uno pueda suponer para el prójimo.
– Dejarse querer por los demás, sin ceder a la necesidad de comprar o ganarse su afecto con el propio esfuerzo.
– Alegrarse cuando las personas se hacen independientes y autosuficientes.
Los dos evolucionados son personas genuinamente consideradas y solícitas.
Los Dos poseen una tremenda necesidad de afecto y aprobación. «¿Les pareceré simpático?» Desean ser amados, protegidos y sentirse importantes en la vida de los demás. Durante su infancia estas personas obtuvieron amor y seguridad complaciendo las necesidades de los demás. Por ello son muy intuitivos para captar la necesidad ajena.
La persona orgullosa se siente tan maravillosa que no necesita exhibirse, pero su máxima necesidad es la atención para lo cual seduce: a cada uno le da lo que quiere. Promete más de lo que cumple. Le atraen las emociones y las caricias, necesita gente para abrazar y contactar. Es un «dar para recibir» un «estar en el otro para que le hagan caso».
3. LA VANIDAD. El organizador. Falsificación.
El engaño o la mentira es el pecado capital del 3, una personalidad que busca el éxito en todo cuanto hace.
La tendencia al engaño, mas o menos evidente, puede manifestarse de las siguientes formas:
– La orientación al éxito: el 3 es instintivo y competitivo por naturaleza y no le interesan mas que los resultados. Sabe imprimir enseguida la marcha adecuada para avanzar tanto en el campo profesional como en el de las relaciones.
– El arte de la manipulación: se expresa en su instintiva habilidad para suscitar la admiración y el favor de los demás y para exponer sus proyectos de manera convincente a la hora de conseguir todo tipo de apoyos.
– El pragmatismo superficial: su filosofía de la vida está orientada a la acción, a posiciones y estrategias concretas. Para el 3 es verdadero lo que es practico y no existen verdades objetivas.
La salida buena de los organizadores consiste en integrar la virtud de la verdad, dejando a un lado la máscara:
– Ser transparente y jugar con las cartas boca arriba, sin esconderse detrás de la profesión, el cargo o la imagen.
– Prestar mas atención a los sentimientos y las necesidades del corazón, sin proyectarse instintivamente en la acción o en los propios proyectos.
– Saber percibir las diferencias entre la acción y el sentimiento, especialmente en las relaciones interpersonales.
– Reconocer la discrepancia existente entre la imagen publica que se quiere dar y el mundo privado que se quiere esconder.
– No permitir que la eficacia sea el principal criterio para valorar las situaciones y a las personas.
-Aprender a decir «me he equivocado, discúlpame»., Ser consciente del límite sin acritud.
Busca ser querido por su rendimiento y logros. Competitivo. Obsesionado con la imagen de triunfador y con su status comparativo. Maestro de las apariencias. Pueden aparentar ser más productivos de lo que son en realidad. Confunden su ser real con la identidad del trabajo.
Los Tres fueron niños que recibían premios por sus logros y puesto que eran amados por sus logros, aprendieron a reprimir sus propias emociones y a adquirir el rasgo que les garantizara el amor. La idea era esforzarse mucho para lograr el reconocimiento, asumir posiciones de liderazgo y ganar, siendo muy importante evitar el fracaso. Aparentan optimismo y bienestar, abandonando sus emociones y trabajando para obtener recompensas externas. El trepador, el ejecutivo, la «superwoman» que a todo llega.
Son muy activos y evitan el tiempo libre si no les hacen escalar u obtener buenos resultados. Su autoestima depende de su rendimiento. Tienen unas vidas supuestamente perfectas e ideales… Sienten que son sólo lo que parecen ser, «No sé quien soy, pero lograré lo que me proponga», «Debo ser el mejor para que me tengan en cuenta». Arrogantes, ambiciosos, entusiastas, enérgicos, dominantes, tipo neutro, controlado, frío en las emociones, gestos estudiados. Se encuentra mal en soledad, necesita ser admirado. No pierde las formas, solo muestra su tristeza en la intimidad.
4. LA ENVIDIA. El Romántico – La comparación
La envidia, el pecado capital de los 4, es un sentimiento provocado por el deseo de tener lo que no está al alcance de uno. Nace de la percepción de la carencia de algo, o de alguien.
– La pobreza de la imagen personal: La envidia parte de una insatisfacción. El individuo tiene dificultad para aceptarse y reconciliarse consigo mismo.
– La competición: La permanente sensación de no estar a la altura requerida, «otro vendrá que resultará más interesante que yo»
– La intensidad emotiva: para sentirse vivo y especial, el 4 busca todo cuanto es profundo, hermoso y doloroso, y rechaza la rutina y la vulgaridad.
– El maridaje con el sufrimiento: el sufrimiento es un aliado porque crea intensidad de sentimientos, riqueza de vida, sensibilidad exacerbada y mayor profundidad en el encuentro con los demás.
-la búsqueda de afecto: la superación del sentimiento de vacío, de soledad y de abandono se produce mediante la búsqueda de alguien que le ame de verdad, para conseguir esa relación puede hacerse dependiente del otro.
Los 4 evolucionan con la aceptación de las propias cualidades y recursos. La no comparación con los demás.
– Aceptar serenamente la insatisfacción de los propios deseos.
– Aprender a satisfacerse sanando la tensión entre la atracción por lo que no hay y la repulsión por lo que hay.
– Vivir el presente, sin dejarse llevar por la nostalgia del pasado ni buscar compensaciones imaginarias soñando con un futuro maravilloso.
– No ceder a la autocomplacencia, sino encauzar las propias energías en acciones constructivas, desarrollando las propias capacidades sociales.
– Valorar con serenidad y apertura lo que es único y exclusivo y lo que es normal y ordinario, tanto dentro como fuera de uno mismo.
-Transformar las propias heridas en compasión y comprensión para con los sufrimientos de los demás.
– Recuperar el equilibrio de la propia vida sentimental.
– Amarse y aceptarse, aprendiendo a ser buena compañía para uno mismo.
Atraído por lo inaccesible; el ideal nunca está presente en el aquí y el ahora. Trágico, triste, artístico, sensible, original; concentrado en el amante ausente, la pérdida de un amigo.
Los cuatro evolucionados son creativos y pueden ayudar a mitigar el dolor en los demás; están comprometidos con la belleza y vida apasionada: nacimiento, sexo, intensidad y muerte.
De su infancia, los Cuatro recuerdan el abandono y como resultado sufren de un sentimiento de carencia y de pérdida.
Se mantienen a una distancia segura, no muy lejos para que la nostalgia familiar no se convierta en desesperación. Tiene miedo a ser nuevamente abandonado. Están en la comparación. «Aquel tiene algo que a mi me falta». Buscan seres poderosos para emparejarse, gente protectora. Tienden a despreciar a quien les ama ya que sienten: «Qué poco vale esa persona que me aprecia, siendo como soy tan poco valiosa»
Carencia, necesidad de ser llenado con algo de fuera. Están en la queja. Rasgos físicos, marcado entrecejo. Atraen el amor necesitando más. «
5- LA AVARICIA. El Observador-La Negación
El 5 tiende a retenerlo todo para si. tras haber construido con esfuerzo su patrimonio intelectual y su mundo personal, no está dispuesto a privarse de lo que tiene o de lo que sabe por miedo a empobrecerse. La avaricia se manifiesta en distintos contextos: en el ámbito intelectual como tendencia a no comunicar los propios conocimientos e intuiciones; en el ámbito afectivo, como inclinación a no compartir los sentimientos y a mantenerse emotivamente distante; en el ámbito social como resistencia a implicarse y a emplear el tiempo en cosas superficiales; en el ámbito material, como apego excesivo a las cosas queridas.
– La autonomía: el 5 tiene una especial necesidad de exclusividad e independencia, posee una gran capacidad de supervivencia y manifiesta un estilo de vida austero.
– Acumular conocimientos: esta personalidad se distingue por su especial predilección por ampliar su patrimonio intelectual mediante la reflexión y la discusión incluso sobre conceptos abstractos y mediante la lectura de temas interesantes y estimulantes.
– Distanciamiento emotivo: esta tendencia se advierte en el limitado nivel de auto conciencia emotiva, en la sensación de vulnerabilidad en la relación con las personas al nivel de los sentimientos y en el miedo a la implicación afectiva y al consiguiente peligro de dependencia.
– La huida de los compromisos: el 5 se siente incomodo a la hora de asumir compromisos a largo plazo, porque podrían privarle de la necesaria libertad e independencia.
La clave evolutiva para los número 5 es compartir:
-Tomar la iniciativa de revelar los propios sentimientos para establecer relaciones de intimidad.
– Implicarse en la acción y con los demás a fin de disminuir el propio aislamiento
– Esforzarse por trabajar en equipo, sin limitarse a confiar en los propios recursos.
Mantener el contacto personal con los que lo rodean, y mantener las amistades
Los cinco evolucionados pueden poseer excelente poder de decisión, pueden ser grandes intelectuales y monjes.
Son personas tímidas, cerradas e introvertidas, les gusta vivir aislados o solos, lejos de las tensiones emocionales. A menudo desconecta el teléfono y están apartados en los grupos.
De niños, los Cinco se sintieron invadidos, por lo que guardan su espacio y su privacidad. El mundo exterior es percibido como invasivo y peligroso, así que se conforman con lo poco que tienen antes de arriesgarse a salir de casa. Y lo que tienen es gran imaginación y gran capacidad de pensamiento. Encontrarán formas de evitar el contacto. Viven su propia vida como espectadores, intentando no involucrarse. Sienten gran necesidad de afecto pero se ven paralizados para acercarse por lo que viven desconectado de sus emociones creando un enlace mental con el mundo. Son los sabios solitarios.
6. LA COBARDIA. El que duda. El que se apoya en el otro.
El «pecado» del 6 es el miedo, un sentimiento que surge cuando se prevé una amenaza y que puede deberse a causas externas o internas. La amenaza o la sensación de peligro puede ser real o imaginaria y puede guardar relación con realidades presentes o futuras. El 6 es un especialista en idear escenarios catastróficos y es prisionero de sus propias trampas mentales.
– La incertidumbre crónica: el 6 vacila, no porque esté confuso acerca de las tareas que debe realizar, sino porque cuestiona sus propias capacidades. A menudo carecen de confianza personal, dudan de sí mismos, vacilan a la hora de tomar decisiones y tienden a recoger constantemente nuevas informaciones para no correr el peligro de equivocarse.
– La dependencia: La recuperación de la seguridad personal se produce a través de la fiel observancia de reglas y normas y la obediencia a la autoridad, mientras que las situaciones no estructuradas provocan ansiedad.
– La sospecha: El 6 no se fía fácilmente de las personas y tiende a dudar de las intenciones de los demás. Presta atención a los mensajes verbales y no verbales o a los significados ocultos, desconfía y critica a quien transgrede y esta siempre atento a prevenir eventuales peligros.
– La intolerancia ante la ambigüedad: tiene necesidad de claridad, de llamar a las cosas por su nombre y no soporta la idea de la ambigüedad, por eso puede mostrarse rígido e inflexible frente a aspectos o interpretaciones de la verdad que no coinciden con la suya propia o que le parecen dudosas y ambivalentes.
La salida del «seis» está en desarrollar la virtud del valor, que puede cultivarse mediante la practica de actitudes como las siguientes:
– Consolidar la propia autoridad interior.
– Aprender a correr riesgos y a tomar decisiones para ganar confianza en uno mismo.
– Crecer mas en los valores de fondo que en las normas o en las instituciones.
– Responsabilizarse de las propias opciones y acciones, sin esconderse detrás de la autoridad.
– Expresar con claridad las propias ideas sin dejarse llevar por el miedo o por la duda frente a las posibles reacciones o criticas.
– Promover la propia autonomía e independencia, tomando decisiones en sintonía con los propios valores, aunque puedan contrastar con el parecer de los demás.
Temeroso, obediente, lleno de dudas. El pensar sustituye al hacer, teme hacerlo por temor de ser atacado al exponerse. Es leal a la causa, vacila, se siente perseguido y se rinde cuando le acorralan. Al sentirse acorralado sale a enfrentar el terror de forma agresiva.
Los seis mas trabajados pueden ser excelentes miembros de un equipo, soldados leales y buenos amigos. Trabajan en una causa de la misma manera que otros trabajan para su beneficio personal.
Los Seis cuando jóvenes, recuerdan haber temido a las personas que tenían poder sobre ellas y haber sido incapaces de actuar por sí mismos. Para aliviar esta inseguridad tratan de encontrar una figura protectora sólida o ir en contra de la autoridad. Brindan lealtad a una institución protectora como la institución religiosa o una empresa.. Son en extremo leales, encuentran en el grupo su identidad y su seguridad. La duda, incapacidad para decidir, miedo al castigo. Su vacilación deriva de su inseguridad.
Son paranoicos, se sienten vigilados. Son bastante tímidos, depende del subtipo (6-belleza, 6-Fuerza o 6-conservación). Lucha contra el miedo. Obediente con los de arriba, autoritario con los de abajo. Necesita apoyarse en otro, busca la alianza por temor a la propia indefensión. Tendencia a controlar sin permitirse el instinto o la intuición. Los hombres Seis tuvieron problemas con el padre. Tienen un nivel muy alto de culpa. Una vez tomada una decisión, aún continúan con la duda. Los Seis Fuerza necesitan demostrar su poder en cualquier situación para prever que nadie se le vuelva en contra, por miedo. (La historia del mundo está marcada por varios personajes «6» poco evolucionados).
7. LA GULA. El epicúreo-El escapista
El «7» es la falta de medida, la inclinación general al exceso .
– El permisivo: orientación instintiva a satisfacer las propias necesidades concediéndose la libertad de obrar de acuerdo con el deseo del momento.
– El narcisismo: amor desmesurado a uno mismo, que puede traducirse en el exhibicionismo y el protagonismo o en la necesidad de aparecer como superior a los demás intelectual o socialmente.
– La seducción: el 7 puede valerse de su encanto social para resultar agradable y ganarse la benevolencia, el apoyo y la admiración de los demás.
– La falta de perseverancia: el entusiasmo demostrado ante los estímulos y las novedades se traduce en abandono frente a las dificultades, a menudo los 7 «escurren el bulto» cuando hay que sacrificarse, ser tenaces y seguir adelante.
– La rebelión: se da en el 7 una actitud de oposición a la autoridad, especialmente cuando ésta puede turbar su optimismo o ejercer algún tipo de control sobre su libertad y su imaginación.
La salida de los «siete» consiste en interiorizar la virtud de la sobriedad
-valorar el momento, dentro de su posible sencillez.
– llevar adelante los compromisos adquiridos, sin buscar evasiones, distracciones o cambios.
– escuchar al que sufre sin necesidad de pintar las cosas de color de rosa
– saber adaptarse a las circunstancias y a las personas.
– amar y celebrar la vida y su aspecto gozoso, pero no a expensas del lado oscuro de la existencia.
– no quedarse en la superficie.
Locuaz seductor, busca el placer, evita el dolor. Gastrónomo, simpático, aventurero pero evasivo del compromiso y de los límites. Abierto, compañero divertido, no termina lo que empieza, hace planes pero no los ejecuta. Vende su proyecto pero embauca a otros para que lo realicen.
Los buenos sietes pueden ser buenos teóricos, renacentistas, elegantes y amables.
Los Siete en su infancia eludieron el miedo escapando por medio de las infinitas posibilidades de la imaginación. Suele haber un padre al que se han revelado. Se acercan a las personas para tratar de atraerlas y desarmarlas con su encanto. Adictos a la planificación y a la diversión. Confunde los proyectos con la realidad es un soñador un fantasioso. No tienen límites y sientes que la vida tampoco los tiene. Ansia de satisfacción. Búsqueda del placer, que es una huida del dolor. Complacientes. Capacidad verbal extrema, charlatán.
Es optimista y siempre ve abiertas futuras posibilidades de éxito.
8. LA LUJURIA. El que arrasa.
El pecado original del 8 es la arrogancia y/o la lujuria. Ambas tendencias nacen de una pasión interna que se necesita superar.
-Predominio de la acción: la identidad de esta personalidad esta vinculada a la acción y a los resultados concretos, con el peligro de descuidar o infravalorar la importancia de los sentimientos en las relaciones.
– El sarcasmo: a veces el 8 puede recurrir a actitudes punitivas para hacer valer su superioridad como el sarcasmo, la ironía, la intimidación y la humillación.
– La contestación: frente a las fuerzas que obstaculizan su voluntad y sus deseos, el 8 puede oponer resistencia rechazando la colaboración, provocando el conflicto, denunciando la injusticia y asumiendo una actitud rebelde., aunque en realidad no le muevan sus convicciones morales ni éticas.
– La intensidad: la determinación y la aparente seguridad del 8 puede significar falta de sensibilidad a su propio mundo afectivo, inclinación a enmascarar su vulnerabilidad y falta de respeto para con la dignidad y el valor del otro.
Lo que deben aprender los 8 es interiorizar la virtud de la sencillez.
– Dejar que el niño que todos llevamos dentro se manifieste y pueda expresarse.
– Aprender a ser queridos y no temidos por los demás.
– Hacerse mas capaces de expresar el aspecto tierno y vulnerable de la propia naturaleza.
– Ser mas atentos y sensibles a los sentimientos propios y a los ajenos, sin tratar de negarlos o esconderlos.
– Convencerse de que nadie es autosuficiente y de que una sana dependencia de los demás es señal de humanidad y madurez.
– Reconocer que cada cual tiene su parte de verdad que ofrecer y no pretender imponer la propia.
– Aprender a adaptarse a las personas y a las situaciones sin pretender ejercer el control sobre las cosas.
– Ser pacientes con el prójimo, reprimiendo el impulso da formular juicios apresurados y sumarios sobre las personas.
Tiene que tener el control. Hace demostraciones de fuerza, le encantan las luchas de poder y los enfrentamientos. Forma de vida excesiva: demasiadas cosas, sexo, trasnochador, ruidoso. Da la cara por sí mismo y por sus amigos, combativo, extremadamente protector.
Los Ocho evolucionados son excelentes líderes, poderosos. Tratan de proteger a sus amistades de cualquier peligro.
Intensidad sin medida. rebeldía. No sienten culpa ni miedo. Primitivos pero no rencorosos. Posesivos, celosos, agresivos, competitivos. Llevan la verdad hasta el escándalo . Gusto por los peligros, temerarios, niegan las normas sociales, intolerancia a la frustración. Son la pura acción. No piden para no arriesgarse a una negativa, lo arrebatan. Rechazan la autoridad, rompen con todo obstáculo que les impida realizar sus deseos.
9. LA PEREZA. El mediador
La pereza es la debilidad del 9, que tiende a dejarse vencer por la inactividad.
– La resistencia al cambio: predilección por las cosas habituales y rutinarias, agresividad pasiva, tendencia a la resignación.
– El olvido de si mismo: dificultades para la introspección y para la conciencia de las propias necesidades, renuncia a los deseos para responder a las e expectativas ajenas, tendencia a desacreditarse, necesidad de pasar inadvertido.
– La compensación: tendencia a colmar la inercia mediante actividades compensatorias, como la dependencia del alcohol, de la comida, de la televisión, de la lectura o de un hobby. Trata de evadirse para no enfrentar las situaciones difíciles.
– La distracción: inclinación a despilfarrar las energías en intereses del momento, sin objetivos de fondo hacia los que orientar el propio esfuerzo.
La salida para los mediadores está vinculada a la capacidad de desarrollo de la virtud de la diligencia.
– asumir la responsabilidad en todas las circunstancias de la vida, implicándose con los demás.
-aprender a motivarse.
– afirmar el propio valor y dignidad, conscientes de que no es posible amar al prójimo sin amarse a uno mismo.
– desarrollar la pasión por la vida, sacando a la luz las propias energías y capacidades.
– expresar las opiniones propias y afrontar de manera constructiva los conflictos y las diferencias, evitando hacer creer a toda costa que todo es paz y armonía.
– establecer limites y plazos en la realización de los proyectos, sin perderse en infinitas distracciones o casas no esenciales.
– aprender a centrar la atención tomando la iniciativa, estableciendo prioridades y tomando decisiones.
Ante un conflicto, el 9, ve y comprende todos los puntos de vista. Conoce las necesidades de los demás mejor que las propias; agradable, manifiesta la ira en formas indirectas. Los 9 evolucionados pueden ser excelentes pacifistas, consejeros, negociadores. Los Nueve fueron niños que se sintieron ignorados durante su infancia, no se sentían escuchados y las necesidades de los demás eran más importantes que las propias. No discuten nada, enseguida asumen la opinión ajena. Son lentos se pierden en los detalles y dan rodeos. No llegan al grano de la cuestión. Son bondadosos, empáticos y extremadamente sociables. Algo «panchos» a la hora de tomar decisiones y poco realistas cuando hay que enfrentar un verdadero problema.
Cada uno de los eneatipos tiende a cambiar dependiendo de si la situación vital es positiva o negativa, y refugiarse en los «errores» o evolucionar hacia las «virtudes» de otros eneatipos, aquí la lista:
Desintegrado |
Eneatipo
|
Integrado |
---|---|---|
4 |
1 |
7 |
8 |
2 |
4 |
9 |
3 |
6 |
2 |
4 |
1 |
7 |
5 |
8 |
3 |
6 |
9 |
1 |
7 |
5 |
5 |
8 |
2 |
6 |
9 |
3 |
Son los que les dicen pecados capitales.